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J. R. Alonso de la Torre nos dedica una columa en el Diario Hoy

PUES DICEN...
Extremúsika, por qué no a Valdemorales
El Extremúsika se va de Cáceres y Valdemorales lo quiere. ¿Pero dónde está Valdemorales? Tranquilos, tranquilos porque Valdemorales está. Y está desde hace mucho porque este pueblecito se encuentra desde siempre en el camino que unía el vado del Guadiana en Medellín con el vado del Tajo en Alconétar y era parada de postas para carros y carretas. Valdemorales tiene 242 habitantes, organiza en septiembre un gran festival de música llamado Parque Sonoro y ahora quiere juntar en el pueblo por primavera a 40.000 mozos y mozas y convertirse en nuestro Benicásim o nuestro Villarrobledo. Han pillado el encanto del asunto y se ofrecen «como destino idílico del Extremúsika». Es más, apuntan que en caso de diluvio, «tenemos una gran nave multiusos capaz de acoger todos los grandes conciertos, por lo que en Valdemorales no habría problemas con la lluvia». Solo les falta decir: y no como en otras grandes capitales cercanas. En el callejero de Valdemorales solo aparecen 17 calles, que tienen nombres tan sensatos como de la Fragua, de las Fuentes, de la Carretera, de Cáceres y de Badajoz. Además, está en el centro de la región, que eso ahora se lleva mucho (fíjense si no en la propuesta universitaria para convertir Casas de Don Antonio en epicentro de la economía regional o en el aeropuerto de Aldea del Cano). Aunque lo mejor de Valdemorales es su acústica: situado en medio de un valle, entre montañas, la música se escucharía por laderas y quebradas. Sería rompedor y bello hacer un Extremúsika en Valdemorales, pero me temo que aquí cuenta más la pasta que la lírica.
18.10.08 - J. R. ALONSO DE LA TORRE