A Joaquín Barrantes, de 47 años, le han salido los dientes en El Reflejo, la sala de fiestas que sus padres abrieron tres años antes de su nacimiento en Albalá, localidad situada a 41 kilómetros de Cáceres. «A veces me quedaba dormido en una cuna junto a la barra», recuerda. Es el menor de ocho hermanos y, en la actualidad, está al frente de un negocio familiar que está de celebración. La sala, cuya actividad no ha cesado desde su inauguración, en 1960, sopla 50 velas. Medio siglo de diversión.
Para conmemorar la efeméride, Joaquín y su sobrino Benito Burgos han diseñado una programación cuyo plato fuerte fue el concierto que anoche ofreció el cantautor Nacho Vegas (Gijón, 1974). Hoy toca echar la vista al pasado y recordar viejos tiempos. La sala quiere grabar un documental sobre su historia y, por eso, busca los testimonios de los vecinos. Hay mucho que contar. Seguro.
Todos aquellos que quieran participar deben acudir a El Reflejo a las cinco de la tarde. «Hay muchos matrimonios mayores que se hicieron novios en la sala», señala el actual propietario. En sus cinco décadas de vida, El Reflejo ha sido sala de fiestas con actuaciones de orquestas en directo durante todos los fines de semana, ha acogido bailes y también funcionó como discoteca. Su última mutación consistió en transformar el espacio en un café-bar con ordenadores y conexión a internet. Los tiempos cambian.
La agenda conmemorativa incluye, además, una exposición de fotografías, vinilos y curiosidades. Joaquín ha rescatado del álbum instantáneas en blanco y negro en la que aparecen sus padres, Pedro Barrantes y Ana Leo, sus hermanas y paisanos del pueblo. Mañana, viernes, se ha organizado una fiesta-guateque con entrada gratuita. Será la traca final de una efeméride que la familia Barrantes-Leo tardará en olvidar. El grupo sevillano Lobo y Los Coyotes tocará, a partir de las 24.00 horas, versiones de los sesenta y los setenta.
Cuenta Joaquín que la ilusión de su padre, que también puso en marcha en 1951 el cine España, era que la sala de fiestas continuara en la familia. Ahora, el sueño del menor de los ocho descendientes de Pedro y Ana es que sus hijos sigan con el legado de los abuelos.
Albalá, acostumbrada en los últimos meses a salir en los medios de comunicación por ser una de las localidades candidatas para albergar el almacén nuclear, se mira hoy en el espejo. Joaquín Barrantes y Benito Burgos buscan historias con un lazo común. Quieren dejar constancia de que El Reflejo cumplió un día 50 años convertida en la sala de referencia de todo un pueblo.